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25 jul 2011

El Loco y el Mar


El loco y el mar

Escribo este simple bosquejo de ilusiones somnolientas
que conllevarán a otros puertos ciegos la luz de mi expresar.
La desigualdad de amar o esperar condena tantos momentos inciertos.
Es mejor ser utópicamente despierto que un cuerdo correcto sin un sigilo de paz.

Y las mareas suben, llenan mi voluntad de esperanzas disfrazadas de nostalgias,
se alejan estrepitosas, dejándome en la piel contrastes sedientos de nuevas ansías por llegar.
Llegan, bordeando la aridez de tantos silencios intensos, luego me acobijo a su frío adverso.
Desnudo mi alma cubierta de lana, de polvo, y de tanta mediocridad.

Observo decidido la rompiente, el cansancio me abruma de impaciencias efervescentes.
Querer llegar al fondo de todo esto es y será mi decisión final.

Y me enamoro de los halos intermitentes de este mar inusual,
brillan claros como aquellos ojos que aun extraño.
Estas costas nuevas traen su presencia, mi paz.

Sé que en la profundidad de cada despertar puedo y suelo naufragar,
que el mar es efecto latente de resurgimientos en mi interior inquieto.
Es concepción de sueños y me arropo en su maternidad.

Y a su vientre vivo dirijo mis miradas, mis palabras extenuadas, los impulsos de mi voluntad.
Y pensar que busque en los cielos complejos, en las copas de vino tras terrenales encuentros.
Pensar que busque en los fuegos más incandescentes de la irrealidad.
Pero hoy te encontrado, mi paz.

No ha sido mi orgullo la razón de este triunfo personal,
ya nunca volveré a presumir el desgano de la humildad.
Las mareas me abrazan, me dejo llevar a su centro agitado.
Las algas, esponjas, caracoles y sirenas me brindan su amistad.

Y nado desde el vientre más perfecto.
Allí radica mi paz.

Y la ansiedad me susurraba gentilmente al oído: ¡Anímate a saltar!

Mis pies se sumergieron a los recuerdos más intensos.
Allí pude sentir mi corazón gritar.

Salgo repentino desde agua y la desilusión me vuelve a atrapar…
Contemplo sereno la prontitud de este logro interno.
Sé que mis manos y mis labios comenzaran a temblar.

Pero el hielo de tanta cordura casi me ha dejado ciego con su frialdad…
Hoy puedo observar que este optimismo esquizofrénico me lo ha devuelto el mar.
Al fin me reencuentro con mis sueños, las utopías son alimentan mi realidad.

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