Las Crisis de la Felicidad

Las Crisis de la Felicidad

Desde la inseguridad de nuestras almas
solo supimos generar mil miedos,
sé que al encontrarnos en este instante

sucumben empatías ingobernables.
Abrazamos el desdén de los lamentos.


Nuestra oportunidad fue un nuevo desgaste,
un descontrol de aquellos anhelos inciertos,
la paz se hizo confusión in sofocante.
Hoy todo es frivolidad y placebos.

Y al amor lejano jugamos y jugaremos...
Viviremos entre omisas falsedades,
confusión de hoy, de ayer y del tiempo.

Soledad en busca de serviles soledades,
compañías adyacentes e indescifrables
que amalgaman los deleites de estos vacíos plenos.

Y en la ciclotimia de estas sensaciones cotidianas
asfixiamos responsabilidades bajo ejemplos,
consecuentes a la ansiedad de nuestros roces
la sordidez llego repentina y se quedo en nuestros gestos.

Y vivimos en el deleite de un quizás prematuro…
Es por ello que sobre un narguile falaz de apuro
esfumamos tantos besos espontáneos
que ni el aliento nos contuvo.

Por eso enredémonos al despertar una vez más…
El destino necio dirá, ignorarte es ineficaz.
Ya sabemos que olvidar nunca es buen augurio.

Seamos hipócritas una vez más…
Sin pensar, sin necesidad de amar.
Juguemos a las crisis y desesperaciones de turno.

A las sombras de nuestra intolerancia matinal,
somos culposos del odio y de la felicidad.

Sabemos hurgar en nuestros corazones
y así desentrañar mil y una razones,
debemos tentar las predicciones.
Para saber si el destino nos quiere juntos.